Con una inconfundible intensidad de color y un ojo para los matices sutiles de la vida, Brigitte Moneth llega a lo más profundo de sus espectadores. Su arte cuenta historias de naturaleza, espiritualidad y humanidad que van mucho más allá de lo visible. Brigitte, que descubrió la pintura tras una larga carrera como profesora de educación especial, crea obras que se caracterizan tanto por la precisión técnica como por la expresividad intuitiva.
La trayectoria artística de Brigitte Moneth comenzó en 2007, cuando empezó a pintar al óleo paisajes realistas y cuadros de animales, siguiendo el modelo del pintor estadounidense Bob Ross. La naturalidad y armonía que Ross aportaba a sus obras encontraron un eco impresionante en el trabajo de Moneth. Sin embargo, fue el estudio intensivo de la obra de Feliks Büttner lo que la impulsó a encontrar su propio estilo. Inspirada por la audaz elección de colores y los gestos expresivos de Büttner, empezó a experimentar con acuarelas y acrílicos brillantes, así como con técnicas de técnica mixta, que han seguido siendo una marca distintiva de su obra hasta el día de hoy.
Las obras de Brigitte se caracterizan por su profundidad temática y una emotiva paleta de colores que va desde los brillantes arco iris a los delicados tonos pastel. Sus temas abarcan desde símbolos astrológicos y mundos espirituales hasta escenas de la naturaleza y la vida cotidiana. En particular, su preocupación por la astrología y los temas espirituales desde 2016 ha aportado una nueva dimensión a su arte. Cada obra parece ser un viaje hacia el interior, una búsqueda de la autorrealización y de dejar atrás el pasado. La artista lleva a sus espectadores a explorar su mundo interior, lleno de símbolos y significados ocultos que inspiran la reflexión y la meditación.
Uno de sus proyectos más conocidos es la publicación anual de un calendario artístico, que diseña desde 2019. Mes tras mes, crea cuadros únicos para él, que pinta en sus tres estudios de Remscheid, Norden y Mallorca.
A pesar de su impresionante versatilidad, es la conexión entre ella y su nieta Elisabeth lo que inspira especialmente su trabajo artístico. Juntas, las dos crean juguetonamente obras infantiles que se caracterizan por una ligereza y alegría únicas. Estos momentos de intercambio creativo fluyen en su arte y le confieren una calidez y accesibilidad especiales. Brigitte Moneth pinta porque quiere celebrar la vida y mostrar la belleza del mundo. Para ella, su obra es una invitación a descubrirse a sí misma y a reconocer la belleza del mundo. Su mensaje al espectador es claro:
El arte puede ser curativo, y cada pincelada es un paso en el camino hacia la libertad interior.
En sus cuadros, Brigitte consigue unir lo cotidiano y lo sobrenatural, lo visible y lo oculto en un diálogo armonioso: un arte que inspira y conmueve.